Bueno pues...llegó el momento de desvelar la actividad que diseñé para trabajar (desde mi punto de vista) temas de la actualidad como la problemática de ETA.
Como adelanté en la entrada del blog anterior, existen
emociones buenas y
emociones malas.
El control de estas emociones (educación emocional) está dentro de los objetivos de un docente (o eso es lo que yo pienso) y por lo tanto podemos trabajar los factores que favorecen a que aparezcan emociones malas: odio, superioridad...que son el origen, por ejemplo que favorece los movimientos nacionalistas o el maltrato de la mujer.
La actividad que se me ocurrió consiste en:
1- Como si fuera un amigo invisible se mezclan los nombres de todos los componentes de la clase en una bolsa. No se regalará algo material. Se regalará una carta.
2- Uno a uno pasan los alumnos y cogen un papel donde pondrá el nombre de un compañero (no pueden desvelarlo es TOP SECRET!)
3- Se dará una fecha limite desde ese día y se tendrá que conseguir, SIN QUE NADIE SE ENTERE (de ahí la dificultad):
-investigar la vida de el compañero que me ha tocado:
- Lo que le gusta (sus grupos preferidos de música, su ropa preferida, su peli preferida...)
- Lo que no le gusta
- Sus ilusiones
- Lo que le hace único (es muy chistoso, me gusta que esté en clase porque....)
- Escribir una carta donde se exponga y se describa a este compañero y PORQUE SIN ÉL LA CLASE NO SERÍA IGUAL.
Mi intención es que el niño para realizar esta actividad tenga que observar a su compañero como algo único e irrepetible.
4- La carta se leerá el dia que se acuerde y la clase tendrá que identificar, sin saber el nombre, a quien corresponde esa carta.
Como todas las ideas, igual esto en la realidad es una pifia. Pero como se explicó ayer en clase, sería una decisión mía PREimpacto si yo fuera profe.
Mi intención sería transmitir la idea de la desigualdad como algo que enriquece por mediación de la comunicación (explicarse a los demás):
COMUNICACIÓN Y RESPETO
Creo que a los profesores tampoco nos vendría mal esta actividad... y empezar a respetarnos para comprender que igual nuestra escuela necesita tanto al docente que lleva 30 años como al interino que vive de la ilusión.